Cuento fantástico basado en un relato de H. P. Lovecraft (fallecido el 15 de marzo de 1937), texto de Francisco Javier Fontenla, imagen de Pexels.
Siendo inspector de
policía en Baltimore, me vi implicado en dos casos íntimamente relacionados. El
primero de ellos fue el robo de un viejo grimorio oriental custodiado en la
biblioteca de la universidad. Me refiero al último ejemplar del Al-azif o
“Libro de los murmullos infernales”, obra escrita durante el siglo VIII por el
sabio árabe Abdul Alhazred. Según una leyenda recogida por el escritor H. P.
Lovecraft, ese brujo solo tuvo tiempo de recoger por escrito una pequeña parte
de su saber, pues murió hacia el año 738 en extrañas y horribles
circunstancias. Algunos cronistas dicen que murió devorado por un monstruo
invisible en las calles de Damasco, aunque, como es lógico, los historiadores
serios siempre han desdeñado esa versión de los hechos.
Pocos días después del
robo tuvo lugar el segundo caso que ocupó mi atención en aquella época. Una
chica de catorce años llamada Amanda (no puedo revelar su apellido) fue raptada
al salir del colegio. En un primer momento pensamos que era cosa de un
pederasta, pero luego descubrimos que Amanda era conocida en la escuela como
“la niña fantasma”, a causa de sus presuntos poderes de médium.
El ladrón del Al-azif
(cuya verdadera identidad tampoco puedo revelar) averiguó de alguna forma que
Amanda podía hablar con los espíritus y decidió raptarla. Su intención original
era que la niña contactara con el espíritu de Alhazred, usando como canal el
libro que él mismo había robado, y le transmitiera todos los conocimientos que
el viejo hechicero se había llevado a la tumba. Pero, como Amanda no quería
colaborar, el ladrón realizó un extraño ritual de magia negra para robarle sus
poderes. De esa manera, él mismo podría contactar con Alhazred, sin depender de
la voluntad de Amanda y sin correr el riesgo de que ella intentara engañarlo.
Mientras tanto, yo
estaba en el jardín de su casa, intentando sin éxito que sus criados me
permitieran entrar en el edificio. Había recibido cierta información sobre el
paradero de Amanda, pero, como mis fuentes carecían de valor oficial, no había
podido obtener una orden judicial que me franqueara el acceso. Ya estaba a
punto de darme por vencido cuando oí un grito de terror procedente del
interior. Como aquel grito me daba una buena excusa para entrar sin
autorización judicial, saqué mi pistola y les dije a los criados que se apartaran
(cosa que hicieron sin oponer resistencia, pues el susto los había anulado por
completo). Al entrar en el salón vi que el dueño de la casa estaba tendido
sobre el suelo, pálido como un muerto. Le salía espuma por los labios y solo
podía repetir murmullos incoherentes en una lengua desconocida. Amanda también
estaba allí, atada y amordazada, pero completamente ilesa. Cuando le quité la
mordaza, ella misma me contó que su secuestrador había caído al suelo tras
contactar con el espíritu de Alhazred. Yo no entendía qué le había pasado a
aquel hombre y le pregunté a Amanda:
-¿Sabes si tomó algún
tipo de droga ritual o algo por el estilo?
La muchacha negó con la
cabeza y dijo:
-No creo. Lo que pasa
es que, al absorber los conocimientos de Alhazred, también averiguó lo que se
siente cuando un monstruo te devora las entrañas. Yo intenté advertirlo, pero
entonces lo oyó a usted hablando con los criados y me tapó la boca para que no
gritara.
El Al-azif fue devuelto
a la biblioteca de la universidad y el ladrón permanece ingresado en un hospital
psiquiátrico. Amanda ha recuperado su vida normal y no parece lamentar la pérdida
de sus poderes paranormales.
…
-Lo que aún no
entiendo, comisario Grant, es cómo conocía usted el paradero de Amanda.
-La verdad es que me lo
contó mi hija Annie.
-¿Y ella cómo lo sabía?
-Eso lo ignoro. Annie
murió hace muchos años y solo sé lo que me cuenta en mis sueños.
Participa en el concurso del tercer festival literario. #FestivalLitrarioLovecraft. Organizado por Avalon Rol y el blog El legado. Aquí abajo aparecerán las ligas de más cuentos concursantes (en cuanto sean aprobados por el jurado interno, por su apego a las bases del concurso).
- Amnesia autora Sara Lena Tenorio
- El viejo capitán autor Javier Fontenla
- Encomienda de Nahl autora Scherezada
- El despertar de Azathoth autora Carolina Arriaga
- Delirios de un huésped autor Aldebarán de Canis
- Desaparecida autora Brenda Valeria
- La corta noche de la vida Autor Ernesto Moreno
- Desde lo profundo autor Aldo Matus
- El Tripulante autor Marcelo Huarcaya Minauro
- Desde la profundidad autor William Delgado
- Simulacro autor Cristian Burgoa
5 comentarios:
Muy bonita historia me encanta leerlas
Muchas gracias a ti, un saludo enorme. :)
Es fascinante como se logran traducir historias de este género a través de las letras.
También, como se logra cautivar a un lector, aún, si no le agrada leer mucho.
El arte de escribir, es como ponerse en un lugar alto, al lado de Dios, y tener una visión y un conocimiento de todo el bien y el mal, combinándolos en un texto que mágicamente atrae la mente de las personas, algo así como los poderes de Amanda.
Maravillosa historia maestro. Abrazos desde Medellín Colombia. 🤗🤗🤗
Igualmente desde Ourense, España. :)
Gracias.
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