“Navidad En El Hotel”


Texto de Oscar Kcriss. Imagen de Pinterest.
Edición del vídeo por Oscar Kcriss (abajo se citan las fuentes de las imágenes).


Una familia de las islas Canarias viajó a Berlín de vacaciones, con el fin de conocer la nieve y pasar la navidad con Jeison, uno de sus miembros que llevaba tres años radicado allí por temas laborales. Su empresa le pagaba el hospedaje y la alimentación en el mejor hotel de la ciudad. Su hermano Jacobo, aprovechó la oportunidad y negoció con meses de antelación, el alquiler del salón social del hotel para celebrar en familia e invitar algunos amigos de Jeison.

Jacobo hizo todos los preparativos pertinentes para asegurarse de que sus invitados tuvieran una noche fantástica e inolvidable. Observaban en el hermoso pesebre del hotel a la sagrada familia y a los tres reyes sobre sus camellos rumbo a Belén. Algunos pastorcillos guiando sus rebaños, casitas amuebladas en su interior, figuras con movimiento de personas trabajando, senderos hechos con aserrín y, una bella fuente de agua que corría pasando por un pequeño molino movido por un motor que daba vida a un río artificial colmado de peces. Estaba adornado con hermosas luces y una estrella adherida al telón del paisaje pegado a la pared detrás del portal. En otro lugar del salón, un gigantesco árbol navideño, hermosamente adornado y rodeado de cajas que simulaban regalos alegraba el ambiente con su belleza.

Mientras unos dialogaban y compartían anécdotas y sonrisas, otros bailaban en el salón, bebían y comían pasabocas sin parar. Ignoraban que algo muy extraño acechaba y amenazaba con acabar la fiesta. Eran casi las dos de la mañana; Jeison, era alcohólico y estaba embriagado, se disculpó con las personas con quienes dialogaba diciendo que necesitaba tomar aire fresco, pero que regresaría pronto.

Subió las escaleras hasta el décimo piso del hotel donde quedaba la habitación donde se hospedaba; se dirigió a la ventana y abrió su ventanal para que entrara la brisa. Se quedó unos minutos observando la belleza de la ciudad con sus luces coloridas mientras se recuperaba del mareo que le produjo el licor. De pronto, las luces del hotel parpadearon y comenzaron a chispear como relámpagos y en un momento todo quedó en penumbras. Jacobo, sufría nictofobia, se quedó estático en el lugar que se encontraba. Temía tropezar con algo o golpearse gravemente. En ese momento pensó dónde estaría su hermano Jeison, quien sufría de esquizofrenia.

Mientras tanto, Jeison, se acostó en un sofá, cerró sus ojos y se durmió. Comenzó a divagar y hablaba dormido. Soñaba con alguien que lo llamaba pero no podía distinguir su rostro, solo veía una silueta en su balcón que con una voz dulce y sensual le decía: «¡ven! ¡ven! y te llevaré a un lugar hermoso donde estaremos solo tú y yo». Él, se veía en su sueño tomado de la mano de aquella sombra oscura que lo invitaba a seguirla. Pero su cuerpo no respondía y estaba desvanecido sobre el sofá. Continuó delirando y diciendo cosas que no se le entendían. Aquella voz, una vez más lo llamó en su sueño, pero esta vez aquella sombra se le acercó y tomó su mano diciendo: «no temas, soy yo, Amelia. ¿Recuerdas que solíamos escaparnos a escondidas para que nadie nos viera? Hacíamos el amor como locos bajo la cascada del lago azul». Jeison, se levantó como sonámbulo y, lentamente caminó de la mano de la sombra que le hablaba dejándose llevar por su hipnotismo. Cada vez era más real y convincente. Llegó hasta el balcón de la habitación y sin darse cuenta cómo, estaba de pie sobre las barandillas listo para dar un paso hacia el vacío.

Jacobo, confundido y preocupado por su hermano, pidió que alguien le prestase una linterna o un móvil para ir a buscarlo. Su hermana, que había estado con Jeison antes del apagón, encendió la linterna de su móvil y lo acompañó a buscarlo. Uno de sus amigos les dijo que lo había visto subir las escaleras. Jacobo, supuso que habría ido a su habitación. Así que fueron allí, todo estaba muy oscuro. Abrieron la puerta y sintieron una brisa fría y congelante que entraba por la ventana. Su hermana se acercó para cerrar el ventanal y, horrorizada, vio cómo Jeison saltaba al vacío sin poder hacer nada. Quiso gritar, pero se le hizo un nudo en la garganta que ahogó su voz; miró hacia abajo y con lágrimas en sus ojos, observó el cuerpo de su hermano que yacía sin vida sobre el asfalto. Nunca sospecharon que la causa de su muerte, fue el fantasma de su cuñada, quien había sido la esposa de su hermano Jacobo, que tiempo atrás, siendo aún su novia, tenía romances con Jeison, lo cual despertó un gran amor entre ellos, y había vuelto para reclamar su amor llevándolo a un viaje sin regreso.

Autor: Oscar Kcriss

Este cuento fue seleccionado por el jurado interno del blog El legado de Sara Lena y Fontenla, para participar en el concurso de "cuentos oscuros de navidad".

Si aún no te has enterado del concurso te recomiendo que veas la invitación en vídeo y consulta las bases (dándole clic a cada uno de los enlaces anteriores).


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Una navidad diferente (Autora Sara Lena)


Los cuentos preseleccionados para el concurso son los siguientes:


Una vez que hayas leído todos los cuentos, puedes darle clic al siguiente enlace para

dejar aquí tu voto.


Imágenes para el vídeo extraídas de google de diferentes fuentes:


6 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno y escalofriante!! Me encantó.

Oscar Rivera-Kcriss dijo...

Gracias, muchas gracias por leerlo y dejar tu comentario. Siempre es un placer escribir para buenos lectores. Dios les bendiga.

Marisela dijo...

¡Muy bueno! Entretenido, atrapa desde un principio.

B.K dijo...

Es curioso como sucede la tragedia. Por alguna razón pensé que eran gemelos o mellizos. Me gusto el problema de los hermanos y como influencia en la historia. Muy bueno.

KIDIA dijo...

Felicitaciones, Oscar, buena historia, atrapante. 👏 👏

Oscar Rivera-Kcriss dijo...

Muchísimas gracias por sus comentarios y análisis de la historia. Dios les continúe bendiciendo a todos y a los suyos también. 🤗🤗🤗🙏🙏🙏

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