EL FALSO VAMPIRO (RELATO FANTÁSTICO)


Un 22 de mayo nació Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, y un 26 de mayo Bram Stoker publicó la primera edición de "Drácula". Este relato pretende homenajear simultáneamente a ambos mitos de la literatura popular. Texto de Francisco Javier Fontenla, basado libremente en "El vampiro de Sussex" de Conan Doyle y en "Drácula" de Bram Stoker. Imagen de Pexels.

Nos hallamos en el estado norteamericano de Minnesota hacia el año 1870. Cierta familia procedente de New Jersey se había establecido en una próspera granja de la pradera, situada a poca distancia del pueblo cercano. El propietario de la plantación vivía con su esposa, con su hija Irene y con un joven jornalero llamado Daniel Hunter. Este último era un muchacho de catorce o quince años, que había llegado a Minnesota procedente de Nueva Inglaterra y que soñaba con fundar su propio rancho en el Far West. Irene, que por aquel entonces era una niña de once años, estaba algo enamoriscada del joven Daniel y, contradiciendo la etimología de su propio nombre, no dejaba en paz al pobre muchacho. Afortunadamente, Daniel era un chico de buen corazón y bastante servicial, capaz de sobrellevar los caprichos y las niñerías de Irene con un estoicismo realmente admirable. Y no es que ella fuera tonta, todo lo contrario: tenía una ágil inteligencia y una gran capacidad de observación. Además, cantaba muy bien (de hecho, soñaba con ser artista) y la dulzura de sus rasgos indicaba que algún día se convertiría en una mujer realmente bella.

Un día unos niños que jugaban en un bosquecillo cercano encontraron muerta a la joven y hermosa Nelly Desmond, que era sobrina política del influyente juez Wilson. Aunque debía de llevar poco tiempo muerta (aquellos mismos niños habían hablado con ella pocos minutos antes), tenía el rostro exageradamente lívido, como si hubiera sufrido una hemorragia masiva. Sin embargo, su ropa estaba intacta y su cuerpo no presentaba heridas de consideración, dejando aparte dos pequeñas incisiones en el cuello. Grey Elk, un indio que a veces se acercaba al pueblo para vender sus pieles, se hallaba agachado junto al cadáver, chupando la sangre que manaba de aquellas pequeñas heridas. Al ver a los niños, les dirigió una mirada siniestra y huyó rápidamente, desapareciendo entre las sombras del bosque.

No tardó mucho en difundirse la noticia de que Nelly había sido asesinada por un vampiro. El reverendo Van Houten acusó públicamente al fugitivo Grey Elk de ser un emisario de Satán, al que los indios idólatras adoraban en secreto durante sus cónclaves nocturnos. El juez Wilson, enfurecido por la muerte de su querida sobrina, ofreció una sustanciosa recompensa a quien le trajera la cabeza del indio, pero nadie pudo encontrarlo. Aunque los aldeanos registraron minuciosamente los campos y bosques de la región, Grey Elk había desaparecido sin dejar rastro, lo cual parecía demostrar que tenía poderes sobrenaturales.

Aquella noche Irene tuvo una buena excusa para no alejarse de Daniel. Su padre estaba con los rastreadores y su madre se había ido a casa de los Desmond, así que le dijo:

-Dan, ¿puedes quedarte conmigo hasta que vuelvan mis padres? Es que me da miedo estar sola (en realidad, Irene era una chica que no le tenía miedo a nada).

Dan, algo malhumorado porque la ausencia de su patrón lo había obligado a trabajar más de lo normal, le dijo:

-No sé por qué tienes miedo. Nadie podría entrar aquí, pues todo está bien cerrado.

-Un vampiro sí podría entrar.

-De eso nada. Los vampiros no pueden entrar en un hogar cristiano si nadie les abre la puerta.

-¿Y tú cómo sabes eso, Dan?

Él optó por no responder, pues lo había leído en un libro del profesor Van Helsing y el amor a la lectura era un secreto inconfesable para un futuro vaquero. Viendo que Daniel no le hacía caso, Irene decidió acostarse, pero no pudo dormir, porque se le había ocurrido una idea inquietante. Tras dar muchas vueltas en la cama, se levantó y se dijo:

-Creo que he descubierto la verdad. Pero, si se lo digo a papá o a Daniel, todo el mundo pensará que han sido ellos quienes han resuelto el misterio. Iré a hablar directamente con el juez. ¡Así Daniel aprenderá a respetarme!

Irene se escapó de casa por una ventana y, olvidándose de su presunto miedo, caminó sola por la pradera hasta que llegó a la casa del juez, que estaba cerca. Este la recibió sorprendido por su inesperada visita y ella le dijo:

-Señor juez, creo que Grey Elk no es el asesino de su sobrina. Alguien le inyectó en el cuello un veneno capaz de detener la circulación de la sangre. Grey Elk la encontró cuando ya estaba muerta, pero pensó que podría salvarla chupándole las heridas, como hacen los indios cuando los muerde una serpiente. Si huyó fue porque pensó que nadie se creería su versión de los hechos.

-Pero, si no fue él, ¿entonces quién mató a Nelly?

-Eso no lo sé. Habría que ver a quién podría interesarle su muerte. Si investigamos, no tardaremos en descubrirlo.

El juez asintió, agarró a Irene y le tapó la boca con la mano. Él mismo había matado a su sobrina, quien lo había amenazado con revelarles a sus padres que él la acosaba sexualmente. Para ello había usado un guante armado con dos púas envenenadas, pero a Irene pensaba matarla de otra forma más convencional, para luego hacer desaparecer su cadáver. Entonces una sombra bajó del desván y mató al juez de una cuchillada en la espalda. Grey Elk había pensado, con buen criterio, que lo buscarían en todas partes salvo en el desván del hombre que había puesto precio a su cabeza. El indio le dijo a la asustada Irene:

-Eres una niña muy lista, pero deberías aprender a desconfiar de todo el mundo.

Irene Adler aprendió bien la lección.

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4 comentarios:

Oscar Rivera-Kcriss dijo...

Entretenida lectura. Me ha atrapado desde el comienzo y hasta me puse en los zapatos de Irene. Nunca debe subestimar de la sagacidad de un niño. Siempre suelen tener la razón y lo prueban con facilidad. Felicitaciones maestro Fontenla. Abrazo paisa con admiración. 🤗🤗🤗

Javier Fontenla dijo...

Desde el ordenador no consigo poner el emoticón del abrazo, pero muchos abrazos para ti también, de todas formas. :)

Oscar Rivera-Kcriss dijo...

Gracias maestro. Igualmente, reciba los míos de corazón de poeta, con mucho cariño y admiración.

Javier Fontenla dijo...

Muchísimas gracias por todo. :) (siento no poder poner un emoticón, pero creo que se entiende igual)

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