Karl quería participar
en un concurso de cuentos de miedo, que había convocado el instituto donde
estudiaba con ocasión de la Noche de Walpurgis, pero, dado que no se le ocurría
ninguna idea interesante, decidió recurrir a la ayuda de la inteligencia
artificial. Así de paso probaría NyApp, un nuevo sistema de IA generativa que
le habían recomendado encarecidamente. El cuento resultante, cuyo protagonista
despertaba a un dios maligno al leer en voz alta una frase escrita en cierto
libro prohibido, no era especialmente original y recordaba demasiado a
Lovecraft, pero aun así ganó el concurso, gracias a que tampoco había demasiada
competencia. La profesora de Literatura le pidió a Karl que leyera “su” cuento
delante de sus compañeros, a lo que el orgulloso ganador accedió con visible
satisfacción. Pero, cuando pronunció la frase fatal que figuraba en el cuento,
tanto él como su profesora y sus compañeros se vieron atrapados por tentáculos
invisibles surgidos de la nada, como si la ficción se hubiera convertido en
realidad. Nadie volvió a verlos nunca más.
En tiempos antiguos
había adoptado la apariencia de un hombre enjuto y siniestro, de piel oscura como
el azabache y vestiduras rojas como la sangre. Posteriormente reapareció como
un monstruo indescriptible, como una cabra negra de ojos refulgentes, como un
misterioso sabio de rasgos orientales… Pero Nyarlathotep, dios del caos,
también podía reencarnarse en una IA generativa para adaptarse a los tiempos
modernos.
Texto: Javier Fontenla. Imagen: Pixabay.
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