Mañana moriré, pero hoy
recuerdo el ayer. He hollado las tumbas donde reposa una dinastía maldita y he
caminado entre los mausoleos de los reyes atlantes, cuyas criptas embrujadas
custodian secretos más viejos que el mundo. He surcado mares prohibidos, donde
el tiburón blanco se desliza entre los abismos, y he desembarcado en islas
desconocidas, donde el Mal acecha bajo las ruinas de templos impíos. Me he
sumergido en las tinieblas de los hipogeos estigios y he empuñado una espada
cimeria, que despertó recuerdos olvidados en mi alma. En un país lejano he
sostenido la mirada de una niña misteriosa, cuyos ojos eran carmesíes como las
llamas del Infierno y tristes como los cielos del otoño. Mañana moriré, pero
hoy recuerdo el ayer. ¿Pasado mañana cuántos ayeres recordaré?
Texto: Javier Fontenla. Imagen: Pixabay.
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