O río levaba uns ollos...
Álvaro Cunqueiro
El río arrastraba ojos fríos como la Muerte, cuya mirada cruel revivió recuerdos sepultados en los abismos de mi alma. En otra vida fui un gran guerrero y serví con mi espada a los reyes atlantes, soberanos de tierras más antiguas que el Tiempo. También viajé a las lóbregas junglas de Lemuria, habitadas por hombres que bramaban como bestias y por bestias que caminaban como hombres. Allí encontré un santuario misterioso, donde viejos dioses dormían su sueño eterno bajo los cimientos de criptas olvidadas. La bella sacerdotisa que custodiaba sus aras prefirió arrojarse al río antes que rendirse ante mi espada. Las aguas engulleron su carne, pero el último resplandor de sus pupilas me infligió una herida inmortal en el corazón. ¡Por muchas vidas que viva, jamás podré huir de sus ojos!
Texto: Javier Fontenla. Imagen: Pixabay.

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