¿ES FRANKENSTEIN UNA NOVELA FEMINISTA?

 

Texto: Javier Fontenla. Imagen: Pixabay. Advertencia: como es lógico, en este artículo resulta inevitable incluir algunos "spoilers" de la novela.

Sabemos que Mary Shelley (al igual que su madre, la pensadora Mary Wollstonecraft) fue una temprana feminista, lo cual nos lleva a plantearnos la siguiente cuestión: ¿Frankenstein puede considerarse una novela feminista? A simple vista, parece que no. Los tres personajes más importantes de la novela (Víctor, la criatura sin nombre, el capitán Walton) son de sexo masculino, mientras que los personajes femeninos (Elizabeth, Justine, etc.) apenas son algo más que víctimas pasivas de las circunstancias. Sin embargo, el trágico destino de esas mujeres puede implicar una críptica (y, en cierto modo, sarcástica) rebelión contra el tratamiento que recibían los personajes femeninos en la novela inglesa de la época. Dejando aparte a Jane Austen, los escritores de novelas sentimentales del siglo XVIII presentaban mujeres virtuosas y modositas que, tras muchos sufrimientos, alcanzaban la felicidad como premio por sus buenas cualidades, que siempre incluían la sumisión a las normas sociales y a los criterios masculinos (títulos como Pamela o la virtud recompensada, de Richardson, son bastante elocuentes en ese sentido). Pues bien, en la novela de Mary Shelley las mujeres también son bondadosas, cariñosas, sumisas y resignadas, piensan más en los demás (o sea, en los hombres) que en sí mismas y asumen con mansedumbre las peores jugarretas del Destino. ¿Y qué recompensa reciben por sus virtudes? Siempre una muerte trágica y prematura: la madre de Víctor fallece a causa de una enfermedad contraída mientras cuidaba abnegadamente a su familia, Justine es ejecutada por un crimen que no había cometido (sin que Víctor, que estaba convencido de su inocencia, hiciera demasiado por salvarla) y Elizabeth paga con su propia vida por los errores de su esposo, en los cuales ella no tenía ninguna responsabilidad. 

El único personaje femenino que muestra cierta rebeldía es un personaje secundario y algo desconectado de la trama principal. Me refiero a la joven musulmana Safi, que desafía la voluntad de su padre para ir en busca de su amado Félix (puede establecerse cierto paralelismo entre su historia y los problemas que tuvo Mary con su propio padre, el filósofo ácrata William Godwin, a raíz de las relaciones amorosas que ella mantuvo con Percy Shelley cuando este aún estaba casado con Harriet, su primera esposa). Sin embargo, incluso la rebeldía de Safi tiene un punto de abnegación y "sacrificio por amor" (pasa de ser una joven rica a vivir pobremente con la familia de Félix en una humilde cabaña del bosque y, en todo caso, sigue dependiendo de un hombre).

A otro personaje femenino (el monstruo femenino que estaba fabricando Víctor para satisfacer los requerimientos de su primera criatura) ni siquiera se le da la oportunidad de existir: la mujer-monstruo es destruida antes de nacer y de poder hacer cualquier cosa, buena o mala. Sufre el desprecio de Víctor, que da por hecho que va a ser malvada, e incluso el del propio monstruo, quien da por hecho que, de haber nacido, ella lo hubiera amado y habría asumido su plan de huir a la selva sudamericana, como si no pudiera tener otros sentimientos ni otros proyectos que los que a él mismo le convenían. 

Como conclusión, podemos decir que, si bien sería exagerado calificar Frankenstein de “novela feminista” en el sentido más estricto y reivindicativo del término, en sus páginas subyace una protesta de la autora contra el desprecio que sufrían las mujeres (y en buena medida siguen sufriendo) tanto en la sociedad como en la literatura de la época.


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