Adaptación de Francisco
Javier Fontenla, a partir de la versión francesa de Gerard de Nerval. Imagen:
Pixabay.
¿Quién cabalga tan
tarde entre la noche y el viento? Son un hombre y su hijo, que busca protección
y calor entre los brazos de su padre.
-Hijo mío, ¿por qué
ocultas tu rostro con miedo?
-Papá, ¿es que tú no
ves al rey de los elfos, con su corona y su manto?
-Hijo mío, eso no es
más que un jirón de niebla.
-Ven conmigo, querido
niño. Jugaremos juntos a bonitos juegos. Hay hermosas flores en la orilla del
río y mi madre tiene muchos vestidos teñidos de oro.
-Papá, ¿tú no oyes lo
que me está diciendo el rey de los elfos?
-Tranquilo, hijo mío.
Es solo un soplo de viento que pasa murmurando entre las hojas secas.
-Ven conmigo, hermoso
niño. Mis hijas te esperan ahí: ellas que danzan en la noche y que ahora
esperan la ocasión de jugar contigo.
-Papá, ¿no ves a las
hijas del rey de los elfos escondidas entre las sombras?
-Hijo mío, yo solo veo
unos arbustos encanecidos por la nieve.
-Yo te amo, pequeño. Tu
belleza me ha seducido. Si no vienes conmigo por las buenas, vendrás por las
malas.
-¡Papá, papá! ¡El rey
de los elfos me ha agarrado y me está haciendo daño!
El padre se asusta y
apura a su caballo, mientras agarra con fuerza a su hijo, que no para de gemir.
Cuando llegó a su hogar, el niño había muerto entre sus brazos.